Cuando una paciente viene a hacerse una ecografía con la incertidumbre de si todo estará bien y le dices que sí, por fin empiezan a disfrutar de las imágenes que pueden conseguirse para ver al bebé. Lo siguiente suele ser intentar verle la misteriosa cara, que siempre anda tapada con las manos o los pies… pero en este caso nos dejó verla, mientras nos daba un discurso y movía ambas manos sin parar.
Muchas gracias por dejar colgarlo en la web.